Revista Panenka: Los futbolines huelen a bar, a cañas bien o mal tiradas, a días en los que ir a clase era lo de menos. Volvemos con The Pichichi Company a esos días llenos de nostalgia futbolera.
Nos hace mucha ilusión aparecer en este artículo que nos dedican nuestros amigos de la Revista Panenka en la que hablan del futbolín, de los recuerdos y de la nostalgia:
El futbolín, el objeto en sí y también lo que desprende, es una especie de baúl de los recuerdos. Un lugar en el que la nostalgia se quedaría instalada eternamente si pudiera. Porque los futbolines huelen a bar, a cañas bien o mal tiradas, a pasión por un deporte, a diversión, a días en los que ir a clase era lo de menos, a ratos muertos que cobraban vida para siempre. Habrá infinidad de momentos en los que la felicidad es plena, ¿pero que decís de ser el rey de la pista y que nadie sea capaz de desengancharos a ti y a tu pareja de los mangos de un futbolín porque sois imbatibles? Que vayan poniendo euro tras euro sobre la mesa, que esta partida la volvemos a ganar. Una tras otra, tras otra. Hasta caer la noche. Hasta cerrar el bar. Hasta el próximo lugar en el que encuentres un futbolín y le digas a tu gente: “¿Qué? ¿Alguien tiene una moneda y echamos una partida?”. Seguir leyendo el artículo completo aquí.
“El recuerdo más original para los nostálgicos futboleros”.
Haciendo jugadores en el taller The Pichichi Company