El futbolín de bar: Un juego centenario; toda una vida a la vuelta de la esquina. Ahora se reinventa.
Ya casi no quedan futbolines, ni tabernas como las de antes: ahora todo son gastrobares, aunque, por suerte, siempre nos quedarán los recuerdos y, ahora, la nostalgia que rescatan los chicos de Pichichi Company.
Toda una vida a la vuelta de la esquina. Recuerdo con cariño las vísperas del cine entre los inconfundibles golpes de la bola contra la madera. Y la de veces que tuvimos que recordar a “los nuevos” aquella norma irrenunciable: “No vale molinillo, ni medias, ni guarras”. Como una especie de mantra tribal. También me acuerdo del local. Qué sorpresa cuando aún puedes ver que en algunos bares se conserva el futbolín… Recuerdo aquellas tardes de verano cuando nos echábamos unos cuantos partidos. Unos futbolos. Recuerdos llenos de nostalgia y sobretodo mucho cariño.
“No vale molinillo, ni medias, ni guarras”.
“Un juego que es auténtica nostalgia futbolera”.
Ver un futbolín de bar es volver a ese tiempo no tan lejano. A la madera suave, pintada con esmero y cuidado, ya desgastada del uso, a los Madrid-Atleti, a las siete bolas en los recreativos. A las miles de anécdotas e historias alrededor de un juego centenario que ha juntado familias, que ha hecho vibrar a tantos amigos y que ahora aparece en forma renovada gracias a los amigos de Pichichi Company. Se ha reinventado y lo han hecho con todo ese cariño que no podía faltar, se nota en cada detalle, para devolver la magia del futbolín a todos los futboleros y a los nostálgicos como yo.
“Personaliza el futbolín de siempre con tus equipos”.
Los mejores artesanos y carpinteros han renovado el clásico para llevarlo a tu hogar, los míticos derbis ahora pueden convertirse en el partido que tú eligas: selecciona tus equipos, elige los rasgos de cada jugador, pon dorsales a tus jugadores… ¡vuelve a revivir el juego!
